Cada recuerdo es una luz que encendemos de vez en cuando.
Unos son cálidos y parpadean como una vela,
o son claros como el reflejo de la luna llena.
Algunos son cegadores como un faro,
y otros son fugaces y violentos como un relámpago.
... Y después están los que se disfrazan de sombra,
recordándonos que, en algunos casos,
ni la oscuridad guarda secretos.
